domingo, 1 de julio de 2012

Consideraciones éticas en el diagnóstico clínico

El diagnóstico  clínico es la condición que identifica la causa de una enfermedad y de la cual se parte para tratarla o eliminarla. Pero los prodecimientos diagnósticos, lejos de la ciencia ficción, no van precedidos de suposiciones o premisas falsas, sino de un ajuste perfecto de todos los síntomas y signos que concuerden con los de una enfermedad, síndrome o alteración.

En la medicina diagnóstica, si se yerra en el diagnóstico, se corre el riesgo ya no de retrasar el diagnóstico correcto, sino de que éste sea realizado en la autopsia de la víctima, lo que conllevaría a una negligencia médica por parte del médico o equipo médico por el cual fue atendido el paciente.

Los protocolos de actuación diagnóstica están para evitar en la mayor de las medidas los errores que deriven en complicaciones para el paciente. Por ello, los organismos internacionales de la comunidad científica crean unas reglas protocolarias a seguir en función de los síntomas y signos de una enfermedad. Saltarse estos protocolos conlleva realizar un diagnóstico erroneo y a causa de tal irresponsabilidad profesional, en la gran mayoría de casos, la muerte del paciente.

El enlace de abajo, es un ejemplo muy ilustrativo de las consecuencias de saltarse los protocolos de actuación diagnóstica en un examen médico de rutina.


En muchos casos, los signos y síntomas que puede presentar una persona coinciden con cientos de enfermedades y las pruebas de rutina muchas veces suelen ser inespecíficas, ya que sus resultados coinciden con varias enfermedades, por lo que la precisión y la exactitud son dos requisitos indispensables antes de tratar una enfermedad diagnosticada y aquí, es donde entran las consideraciones éticas para con el paciente.

¿Debería tratarse a un paciente en base a un diagnóstico inexacto pero siendo el más preciso en base a sus síntomas y signos?

¿Debería el paciente ser informado de la poca exactitud del diagnóstico y condicionarlo por ello a aceptar el tratamiento?

Aunque las respuestas no son fáciles, sí son sencillas de responder, aunque cada persona en base a su experiencia profesional y personal, responderá de una manera diferente, aunque entre todas las respuestas, habrá una analogía evidente.

Bajo mi opinión personal, el paciente, sujeto sobre el que se aprende, es el que decide qué hacer y qué no. El profesional, dentro de sus competencias es quién debe explicarle la situación terapéutica en base al diagnóstico, sin que su opinión profesional deba estar influenciada por sus experiencias personales con otros pacientes.

CONCLUSIÓN.

El diagnóstico clínico, como método de identificación de una patología, tiene que ser lo más exacto y preciso posible ayudandose para ello de las pruebas diagnósticas asignadas de acuerdo a los protocolos de actuación para con los signos y síntomas que presenta el paciente.
La anamnesis es elemental para la discusión del diagnóstico. El tratamiento para un diagnóstico inexacto pero preciso debería ser reevaluado para evitar caer en negligencia médica y ser aprobado previamente por el paciente mediante el consentimeinto informado.

Autor: F.Borja Oriol